Maternidad es un proceso que se da desde la concepción hasta la crianza de un hijo o sea un vínculo que se establece a lo largo de la vida de la mujer.Además la maternidad ha sido considerada parte esencial de la mujer y fundamental para la expansión de la humanidad. Considerando los conceptos de mujer y maternidad en conjunción.
La maternidad o su definición ha ido cambiando a lo largo de la historia,por lo tanto es de fundamento cultural. La primera división de trabajo desde la agricultura dispuso que la mujer se ocuparía también de las tareas del hogar y crianza de los hijos pero era un período matriarcal por la importancia en sí de la mujer en la producción.Pero luego la mujer pierde importancia porque el hombre era importante para la caza de animales, pero hay que decir que lo que colocaba a la mujer en un lugar secundario era la maternidad ya que las mujeres solteras podían acompañar al hombre a salir por comida así nace la sociedad PATRIARCAL.. Durante la Edad Media se le otorga importancia a la maternidad de una mujer para procrear y así garantizar la descendencia,de manera que la esterilidad era considerada punto de deshonra y motivo para que el hombre se divorcie.Las mujeres no tenía derechos.Con el RENACIMIENTO se dio un vuelco humanista, el hombre debía estar atento durante el embarazo a las necesidades de la mujer e hijo,se le da inclusión a la función paterna pero sin embargo seguía la mayor responsabilidad a la mujer. Desde los discursos moralistas y teológicos se consideraban que la libertad y secualidad femenina estaban únicamente dirigidas a la meternidad. Desde fines del siglo XIX y principios del siglo XX con la Revolución Industrial, la mujer podía trabajar fuera del hogar sólo cuando fuera necesario,pero era negativo por ser desencadenante de abortos,partos prematuros,entre otros.Por lo tanto había un cierto rechazo a que la mujer trabajará fuera de casa ya que afectaba o ponía en peligro a la maternidad. Se puede ver que aún se tenía la postura social
de que las mujeres debía ocuparse exclusivamente de la maternidad. En los años 1960 y 1970 con el surgimiento del FEMINISMO se empezó a cuestionar las desigualdades de sexos, definición de mujer y reclamos de derechos entre la cuales está la elección de la maternidad, prevención de embarazos no deseados,acceso a anticonceptivos y educación sexual.
La mujer no sólo experimenta cambios físicos y biológicos sino también cambia su forma de relacionarse y su mundo en sí.La mamá puede hasta sufrir la llamada "depresión pre y post parto".
Se dice que madre hay una sola, pero modelos de maternidad hay muchos. Cada mujer se la vincula a la maternidad desde niñas, se supone que fuimos creadas para ser madres desde los juguetes sexistas (los bebotes), y los roles asignados a la casa y cuidado de por ejemplo los hermanos y que además debemos las mujeres poseer el instinto maternal que va hablar a continuación Mari.
¿Existe realmente el instinto maternal? Si bien por un lado la antropóloga Nancy Scheper-Hughes afirma que el instinto maternal no existe, lo que sí sienten muchas mujeres es que llega la hora de ser madre, pero habitualmente es producido por las creencias, cultura y sociedad que parece que lo inculca. Lo cierto, es que Sarah Blaffer Herdy, hizo ella misma la prueba, antes y después de conocer a su nieto por primera vez, escupió en un vial. Dos semanas después, cuando su marido llegó para conocer al recién nacido, le pidió que hiciera lo mismo.
Más adelante, las pruebas de laboratorio revelaron que los niveles de Hrdy de una sustancia química cerebral denominada oxitocina se habían disparado un 63 por ciento aquella tarde. Los de la saliva de su marido mostraban un ascenso de un 26 por ciento tras su encuentro inicial, pero varios días después, también aumentaron hasta el 63 por ciento.
Herdy resaltó «En el resultado final no había diferencias entre mi marido y yo, solo que a él le hizo falta pasar un poco más de tiempo con su nieto para alcanzarlos», afirma. La respetada antropóloga, ahora profesora emérita de la Universidad de California, Davis, ha escrito exhaustivamente sobre la ciencia de la maternidad humana.
«Todos los mamíferos hembra tienen respuestas maternales o “instintos”, pero esto no significa, como se suele asumir, que toda madre que dé a luz esté preparada automáticamente para cuidar de su descendencia», afirma Hrdy. «Más bien, las hormonas gestacionales preparan a las madres para responder a los estímulos de su bebé y, tras el parto, poco a poco, va respondiendo a las señales».
No es solo el caso de las mujeres que dan a luz físicamente: Hrdy y su marido son abuelos, pero a ella no le resulta en absoluto sorprendente que ambos registraran aumentos similares de oxitocina, una hormona asociada con los vínculos maternales. Según ella, tanto las madres que dan a luz como las madres que adoptan deberían considerarse «madres biológicas», basándose en los cambios que tienen lugar en sus cuerpos cuando se convierten en madres. «Ambas experimentan transformaciones neuroendocrinológicas similares, incluso en ausencia del parto o la lactancia», afirma Hrdy
Químicamente hablando, uno de los impulsores más potentes de la conducta maternal suele ser la famosa «hormona del amor», la oxitocina. Este complejo neuropéptido desempeña diversos papeles en la reproducción de los mamíferos; por ejemplo, en los vínculos de pareja, las contracciones del útero y la secreción de leche materna.
«Un orgasmo, el contacto visual, los abrazos, las caricias, todas estas cosas liberan oxitocina», afirma Bianca J. Marlin, investigadora posdoctoral del departamento de neurociencia de la Universidad de Columbia.
En 2015, Marlin fue la coautora de un estudio publicado en la revista Nature sobre el efecto de la oxitocina en ratones. Cuando los ratones hembra vírgenes del laboratorio escuchaban el llanto de los ratoncitos jóvenes, los ignoraban y, en algunos casos, los devoraban. Sin embargo, los ratones madre buscaban la fuente del llanto para encontrar y cuidar de la cría. A continuación, inyectaban oxitocina a los ratones vírgenes. «Cuando añadíamos oxitocina a las hembras vírgenes caníbales, paraban de exhibir una conducta caníbal y aprendían a encontrar a las crías del mismo modo que hacían las madres», afirma Marlin. «Modificamos su conducta, pasando de devorar a las crías a cuidar de ellas».
Más adelante, el equipo estudió el sistema auditivo de los cerebros de los ratones que escuchaban el llanto de los ratoncitos. En ratones vírgenes sin hormonas añadidas, las neuronas auditivas se activaban, pero de formas aleatorias que no provocaban una señal de respuesta.
«Cuando añadimos oxitocina, observamos que las neuronas empezaban a cambiar su conversación», afirma Marlin. «No solo modificamos su conducta, sino que también cambiamos la marca neuronal del llanto de las crías en las vírgenes. Actuaban y respondían como madres».
Cuando el equipo de Marlin inyectó oxitocina a ratones macho, descubrieron que los machos tardaban más que las hembras vírgenes en modificar su conducta: «¿Pueden los machos cuidar de las crías? Sí, pero la escala temporal era mucho más larga en comparación con las vírgenes. Las vírgenes aprendían a encontrarlos en 12 horas, y los machos aprendían eso mismo en entre tres y cinco días».
Entonces, ¿significa que los cerebros de las hembras están programados para ser maternales? No exactamente, según afirma Daphna Joel, neurocientífica de la Universidad de Tel-Aviv. Para empezar, los ratones no son hombres y es importante entender cómo responde el cerebro humano específicamente ante los cambios hormonales.
En un estudio de 2015 publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, Joel y sus colegas examinaron si la ciencia podría distinguirla diferencia entre el cerebro del macho y el de la hembra en humanos. Por ejemplo, ¿eran las partes del cerebro asociadas generalmente con los sentimientos y la comunicación —cualidades que estereotípicamente se les dan mejor a las mujeres— diferentes o estaban más desarrolladas en los cerebros de las hembras?
«Descubrimos que ese no era el caso», afirma Joel. «Más bien, el cerebro de la mayoría de humanos está compuesto de un mosaico de rasgos singulares, algunos en forma de más habituales en mujeres que en hombres, y otros en forma de más habituales en hombres que en mujeres». Algunos mosaicos son habituales tanto en los cerebros masculinos como en los femeninos, según determinó el estudio.
Estamos en la fase de la posmodernidad que ha cambiado nuestra forma de vida y de relacionarnos, es así como aparecen nuevos modelos de mamá,de hogar y familias. Los modelos hasta más tradicionales cambiaron. Hasta no hace mucho había un solo modelo de madre: era la que se quedaba en la casa,no participaba en el mundo del trabajo y su responsabilidad era de la casa al cuidado de los hijos. Ese modelo ya no es el único, legitimado y válido en nuestra sociedad.
Ésto se debe a las conquistas de derechos de las mujeres realizado por el movimiento feminista, la decisión de ser madres o no,los métodos anticonceptivos y aceptación de la orientación sexual lésbica, y los avances en la ciencia que permitieron por ejemplo la fertilización asistida y la subrogación de vientre legal en algunos países, se ha lograda cambios en la concepción de la maternidad. En nuestros tiempo la mujer reflexiona sobre su propia vida, la maternidad y organización o forma de crianza de sus hijos. Desde la llegada de la mujer al mundo laboral, ella puede tomar decisiones en cuanto a la maternidad, si tener hijos o no y cuantos. Pero también implica que el padre ayude con las tareas de la casa y con los niños, por lo cual cambió la concepción de que sólo la mujer era responsable del cuidado de los hijos. Hay que decir que una mamá no se despreocupada de sus hijos debe combinar el trabajo con tiempo libre para tener un vínculo con sus hijos.
Un madre jefa de hogar, monoparental es el modelo que más creció en las últimas décadas.También otro de los modelos más novedosos el de matrimonio igualitario. Las lesbianas a pesar de no pasar por el proceso de embarazo, si llegan a ser madres como así también pareja de hombres.Creemos que estos modelos actuales se han incrementado porque son socialmente bien recibidos sin los prejuicios de tiempos pasados pero sigue vinculandose la concepción de feminidad con lo referente a ser mamá.
«Buscar el éxito es una motivación evolutiva en los humanos», afirma la antropóloga Lisa McAllister de la Universidad de California, Santa Bárbara. «Hemos desarrollado un impulso para buscar el éxito. Los individuos con más éxito en una sociedad son aquellos que tradicionalmente dejarían más descendencia y por lo tanto podrían estar más representados en la siguiente generación».
Durante varios años, McAllister vivió con una comunidad de cazadores-recolectores llamada tsimané en Bolivia. Allí se dio cuenta de que las mujeres gozaban de un estatus superior según el número de hijos sanos que podían producir. «En nuestra sociedad, ya no medimos el valor de una mujer según su capacidad para ser madre o tener hijos. Solemos medirla según el tipo de trabajo que tenga. O según qué tipo de coche conduce», afirma McAllister.
«Aquí hay muchos hombres y mujeres que sencillamente no quieren hijos. No está en sus planes», añade. «Hay un montón de hombres y mujeres que nunca tienen “la fiebre del bebé” o ese instinto maternal cuando están cerca de un niño. La psicología interna de cómo medimos el éxito ha cambiado en nuestra sociedad».
Pero parece que los humanos, como especie, siguen teniendo el impulso biológico de establecer vínculos con los niños a los que cuidan, sin importar su género o su posición social. «Por ejemplo, la adopción», afirma Hawkes. «Hay muchas formas diferentes en las que las personas establecen relaciones muy estrechas con individuos con los que no están emparentados. No hay duda al respecto, hay muchas formas en las que podemos sentir un vínculo hacia un bebé»
Managing partner de WallChase S.A., le afirma al diario La Nación, que los tiempos han cambiado y en la actualidad es común ver a mujeres en posiciones de liderazgo. Año tras año, el número de trabajadoras activas en el mundo laboral de nuestro país aumenta considerablemente. No sólo trabajan por motivos económicos, sino también por el desafío personal de desarrollarse profesionalmente.
Hasta hace no mucho tiempo había colaboradoras que posponían su maternidad para no discontinuar su carrera laboral, como si ambas cosas fueran incompatibles, y cuando finalmente se convertían en madres se lamentaban por haber pospuesto la maternidad priorizando su proyección laboral.
La legislación actual de la República Argentina contempla noventa días de licencia por maternidad. En donde las madres, pueden cesar la actividad laboral cuarenta y cinco días antes y la misma cantidad posteriores al parto. Con el agregado que, durante el período de lactancia, dentro del primer año del niño, la madre tendrá derecho a dos pausas diarias, de treinta minutos cada una, para alimentar a su hijo. En cuanto a las licencias, si bien la ley actual determina un número específico de meses, las compañías actualmente acompañando este proceso de ayuda a las recientes madres, ofrecen dentro de sus beneficios, la posibilidad de extender las mismas.
El desafío que se les presenta a las empresas, es el de evitar la pérdida de talento femenino en su arcas. A partir de esto, surge el reto de generar políticas y beneficios que permitan seguir desarrollando el rendimiento profesional, evitando que esto traiga consigo una mayor carga horaria, con el fin de seguir formando sus empleadas.
Muchas grandes empresas dan cuenta de ello y acompañan a sus colaboradoras brindándoles apoyo y herramientas durante el embarazo y después, al momento de nacimiento y crecimiento de sus hijos. ¿En qué? Durante el embarazo, ayudando con los trámites a realizar en el Anses y diferentes organismos, dándoles mayor flexibilidad horaria o home office en el último mes para que las futuras mamás estén tranquilas y esperando la llegada del hijo en camino. Uno de estos procesos es el denominado soft landing, en donde la reciente madre regresa a su puesto de trabajo manteniendo la misma remuneración, con una jornada reducida y su reincorporación se va dando de manera paulatina mes a mes, volviendo a su carga habitual.
En algunas organizaciones en el momento del nacimiento y previo al regreso al trabajo se les da un Maternity Coach en el que ayudan a las madres con algún proyecto en particular para retomar la rutina laboral. Continuando con esta línea, muchas compañías ofrecen un seminario mixto de maternidad y carrera laboral. El cual es liderado por profesionales en la temática, los cuales ejercen un rol de coach, brindando consejos acerca de diferentes aspectos de esta nueva etapa de la vida. Haciendo foco en conseguir logros profesionales, conjuntamente con el comienzo o continuación de la familia con la llegada de un nuevo hijo.
Otros de los beneficios que se llegan a implementar pueden ser desde lactarios a guarderías en las compañías o lugares próximos a éstas. También otorgan días libres en caso en que el bebe se enferme, horas disponibles para poder acudir a reuniones o actos del colegio, por nombrar algunos ejemplos.
Para el éxito de los grupos de trabajos una clave es la diversidad, la mirada femenina aporta y desarrolla cosas que el hombre por naturaleza no tiene. Muchas empresas toman conciencia de lo negativo de perder a las colaboradoras de sus equipos; para evitar esto, las acompañan, apoyan y ayudan a volver al trabajo luego de ser madres, sin dejar de lado estar cerca del crecimiento de sus hijos, de acompañarlos en cada etapa.
A esto se suma el foco de diversidad que persiguen las empresas. Es un compromiso corporativo, donde se busca equilibrar la población de las compañías en busca de brindar mayores oportunidades de empleo y crecimiento profesional, haciendo foco en todos aquellos trabajadores interesados en apoyar y aportar su esfuerzo dentro de una organización. Según estudios realizados en prestigiosas universidades de la Argentina, las empresas que consiguen implementar exitosos programas de diversidad logran beneficios como acentuar el desempeño, compromiso y la motivación de los equipos. Generando una fuerte ayuda en lo referido a la atracción y retención de talento. Estas políticas contribuyen a un mejor clima organizacional que finalmente destaca la reputación de la compañía.
El mensaje para las personas que añoran con poder tener esa carrera profesional, es que la clave es poder equilibrar la vida personal con la laboral. Es factible tener ese equilibrio entre lo profesional y lo personal. Es posible ser mamá y ser profesional, ambas cosas pueden y deben ir de la mano.
Conclusión:
El intinto maternal no es la necesidad de ser madre, mucho menos estar preparado para serlo, esto es una concepción erronea del termino, el instinto maternal es una necesidad nata como seres humanos de proteger a un ser más debil, sea una persona o un animal, los hombres también lo poseen pero debido a que ellos demoran mucho más que las mujeres en desarrollarlo, mientras que en las mujeres es instantaneo se le denomina "Instinto maternal". Esto no significa que por poseerlo quieras ser madre o debas serlo. Todos tenemos derecho a elegir, algunas personas quizás jamás sienten esta necesidad de proteger ni a un niño ni a una mascota, y podemos decir que por ello carecen de este instinto, lo que no quita su existencia. Tambien es importante saber que como seres humanos hemos evolucionado y nuestras metas y prioridades han cambiado por lo que muchas mujeres no desean ser madres jamás, mientras otras sí lo desean. Para aquellas que lo desean y que tienen la posibilidad de trabajar en blanco en una empresa existen leyes que le permiten ser madres y seguir ejerciendo su empleo, no diremos que s fácil pero ¿Qué lo es en este mundo y especificamente en Argentina? Aún así es un sueño posible y realizable, toda mujer tiene derecho a exigir que se respeten sus derechos, y que en su lugar de trabajo le den su licencia de maternidad paga y que además tenga su sala de lactancia para amamantar a su bebé.
Estamos en el siglo XXI, y hoy en día ser mamá y profesional sí es posible!
Fuentes:
https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2018/05/esto-dice-la-ciencia-sobre-el-instinto-maternal
https://www.lanacion.com.ar/economia/es-posible-ser-mama-y-profesional-exitosa-nid2072200