08 Oct
Maravillosa espera (Peter Cubillos)

“No todas las demoras son malas”…

-Las charlas que tendríamos si no hubieran celulares. –Le dijo.

Ella soltó el aparato, se levantó de la mesa y la rodeó para alcanzarlo con un beso en la mejilla que valía para él millones.

-Voy al baño y vengo. –Dijo con una especie de susurro, y se alejó esquivando mesas, sillas, mozos y gente.

Él clavó la vista en el diario y de sólo verlo se entristeció, sabiendo que en el partido de las noticias buenas contras las malas, las segundas ganaban por goleada. Entonces tomó lápiz y papel, y pensó en escribir él mismo algo que lo alegrara.

Cuando ella volvió, él miraba por la ventana con los ojos perdidos, como buscando algo que no estaba en aquella cafetería.

-¿Todavía no nos trajeron el café? –Protestó.

-Todavía no.              

Ella resopló en signo de protesta, y él sonrió.

- ¿De qué te reís, papá? Siempre que venimos se demoran una eternidad en traer las cosas. –Volvió a refunfuñar.

-¿Querés que te cuente un secreto? –Contestó él con una sonrisa tonta que le hacía brillar los ojos.

-A ver. –Dijo ella mordiéndose el labio inferior y levantando las cejas.

-Se demoran porque yo se los pido.

- ¿Pero, por qué papá? ¿No ves que sos raro?

-Para estar un rato más con vos hija. No todas las demoras son malas, algunas, como esta, son las más lindas del mundo.

Ella sonrió un poco, y él se derritió otro poco más.

-Mañana te acompaño al banco. –Le dijo un segundo después.

Él tomó el papel y escribió algo.

Ella dejó el celular en el bolsillo.

Tomaron café y conversaron.

Pagaron y se marcharon.

Alguien encontró una nota arriba de la mesa un rato después. Leyó “La espera es maravillosa si se espera junto a la persona adecuada.”, y sonrió.

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