10 Sep
El efecto Psicológico de la Primavera

El aumento de la luz, provocado por el aumento de la radiación solar, trae aparejados cambios hormonales importantes en el estado emocional de las personas, con aumento de la melatonina (efecto regulador en los ciclos de vigilia y sueño, por lo que necesitaremos menos cantidad de sueño para sentirnos descansados/as) y la serotonina que a su vez aumentan la vitalidad, la alegría, la energía, la sexualidad y por ende la fertilidad. Otras de las hormonas que segregan por la estación primaveral son la dopamina,feromonas,oxitocina o la noradrenalina.Cada persona o organismo se adapta diferente a los cambios hormonales en unas se eleva el humor y en otras no. La fase maníaca del trastorno bipolar que suele ser más frecuente en primavera. Y lamentablemente el récord de suicidios se da en esta época. El aumento de luz solar tiene efectos psicológicos y emocionales, por sus cambios en nuestros neurotransmisores.

Durante la primavera, las personas que sufren trastornos psicológicos, como depresión o ansiedad, pueden sufrir variaciones en la sintomatología.

Esto es debido a los cambios en la luz, la temperatura y el ambiente, que tienen un efecto en la respuesta hormonal y en el comportamiento, y también por la carga cultural que como sociedad se le otorga a la primavera.

La readaptación del organismo puede provocar tanto un mayor bienestar emocional como un estado de apatía, caracterizado por tristeza, fatiga e insomnio; comúnmente conocido como astenia primaveral que lo dirá mi compañera a continuación.

"Depresión o astenia primaveral" 

La astenia primaveral. Es el más popular de todos; el término “astenia” significa cansancio; la primaveral se refiere al tipo de fatiga que aparece con los cambios de temperatura producidos durante esta estación. Estos cambios se manifiestan tanto a nivel físico, como psicológico. Los cambios en el humor o el insomnio son solo algunas de sus manifestaciones.e dice que una de cada 10 personas la sufre en mayor o menor grado y que se da más en mujeres que en hombres. Caracterizada por agotamiento físico, cansancio profundo y falta de energía para realizar actividades cotidianas.También puede haber disminución del apetito y el sueño.

Es una astenia un poco más marcada en la que primeramente habrá que descartar que no sea un signo de patología orgánica y si esto es negativo, tener en cuenta que la duración es breve, de semanas o días y remite sin necesidad de tratamiento. Mejora con caminatas al aire libre, disfrutando la belleza del clima y una alimentación sana en frutas y verduras de estación, tratando de mantener una vida ordenada.

Si por el contrario el bienestar es exagerado, el aumento de vitalidad puede derivar en procesos ansiosos, de euforia o hiperactividad; no olvidemos la fase maníaca del trastorno bipolar que suele ser más frecuente en primavera.

El trastorno afectivo estacional es un tipo de depresión relacionado con los cambios de estación; comienza y finaliza aproximadamente en la misma época cada año. Si eres como la mayoría de las personas que tiene trastorno afectivo estacional, tus síntomas comienzan en otoño y continúan durante los meses de invierno, reduciendo tu energía y haciéndote sentir de mal humor. Con menor frecuencia, el trastorno afectivo estacional causa depresión en la primavera o en el comienzo del verano.

El tratamiento del trastorno afectivo estacional puede comprender fototerapia, medicamentos y psicoterapia.

Los signos y síntomas del trastorno afectivo estacional pueden comprender:

  • Sentirse deprimido gran parte del día, casi todos los días

  • Perder el interés en actividades que alguna vez disfrutó

  • Tener poca energía

  • Tener dificultades para conciliar el sueño

  • Sufrir cambios en su peso o apetito

  • Sentirse perezoso o inquieto

  • Tener dificultad para concentrarse

  • Sentirse desesperanzado, inútil o tener sentimientos de culpa

  • Tener pensamientos recurrentes de muerte o suicidio

Existen dos tipos de trastorno afectivo estacional, el primero llamado depresión de invierno se caracteriza por síntomas como:

  • Exceso de sueño

  • Cambios en el apetito, en especial, compulsión por alimentos ricos en hidratos de carbono

  • Aumento de peso

  • Cansancio o falta de energía



El segundo que es el que nos interesa hoy, es conocido como Trastorno afectivo estacional de primavera y verano y los síntomas específicos de la «depresión de verano», consisten en:

  • Trastornos del sueño (insomnio)

  • Falta de apetito

  • Adelgazamiento

  • Nerviosismo o ansiedad

  • Cambios estacionales en el trastorno bipolar

En algunas personas con trastorno bipolar, la primavera y el verano pueden provocar síntomas de manía o una forma menos intensa de manía (hipomanía), y el otoño y el invierno pueden ser una época de depresión.

Es normal sentirse triste algunos días. Pero si sientes tristeza durante días y nada te motiva a realizar actividades que normalmente disfrutas, consulta a tu médico. Esto es especialmente importante si tus patrones de sueño y apetito cambiaron, si recurres al alcohol para sentirte cómodo o relajado, o si te sientes desesperanzado o piensas suicidarte.

Todavía se desconoce la causa específica del trastorno afectivo estacional. Algunos de los posibles factores pueden ser los niveles de melatonina. El cambio de temporada puede alterar el equilibrio del nivel de melatonina en el cuerpo, lo cual interviene en los patrones de sueño y en el estado de ánimo. El trastorno afectivo estacional se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. Además, este trastorno es más frecuente en adultos jóvenes que en adultos mayores.

Algunos factores que pueden aumentar los riesgos de padecer trastorno afectivo estacional son:

  • Antecedentes familiares. Las personas con trastorno afectivo estacional tienen más probabilidades de tener familiares consanguíneos con este trastorno u otra forma de depresión.
  • Tener depresión mayor o trastorno bipolar. Si tienes alguno de estos trastornos, los síntomas de la depresión pueden empeorar según la estación.
  • Vives lejos del ecuador. El trastorno afectivo estacional parecer ser más frecuente entre personas que viven bien al norte o al sur del ecuador. Esto puede deberse a una menor cantidad de luz solar durante el invierno y porque los días durante los meses de verano son más largos.

Los signos y síntomas del trastorno afectivo estacional deben tomarse en serio. Al igual que sucede con otros tipos de depresión, el trastorno afectivo estacional puede empeorar y dar lugar a problemas si no se trata. Algunos de ellos pueden ser:

  1. Retraimiento social
  2. Problemas en la escuela o en el trabajo
  3. Abuso de sustancias
  4. Otros trastornos de salud mental, como ansiedad o trastornos de la alimentación
  5. Pensamientos o conductas suicidas


El tratamiento puede ayudar a prevenir complicaciones, en especial, si el trastorno afectivo estacional se diagnostica y se trata antes de que los síntomas empeoren.

AYUDA: Sábados y domingos de 17 a 20 hs. La asociación Centro de Asistencia al Suicida y atención en crisis de Mendoza brinda atención a personas en crisis, con o sin ideación suicida, Solo a través de su línea telefónica gratuita 0800-8000-135. En toda la República Argentina.

Desajustes académicos

En los estudiantes se pueden producir desajustes académicos al sentir más vitalidad y ganas de hacer actividades fuera de casa, disminuyendo las ganas de estudiar, y es que a pesar de estar en el tramo final del curso el cansancio y la fatiga se notan. En los niños/as además puede aumentar la impulsividad, la irritabilidad, la desobediencia

A determinados estudiantes también los puede afectar de modo contraproducente, ya que disminuyen su rendimiento intelectual al tener más vitalidad y deseos de estar más tiempo al aire libre.

Alergias

¿Cómo empeora  la alergia en primavera?

Una alergia es una reacción exacerbada, fuera de lugar,  del sistema inmunitario a una sustancia que su cuerpo identifica como invasor, y al cual clínicamente se define como alérgeno. Las reacciones se manifiestan clínicamente de forma variada y diferente, no sólo de persona a persona sino también en las distintas etapas de la vida de una misma persona. La mayoría de las alergias puede ser tratada de forma simple, logrando la disminución rápida de los síntomas, pero cada una tiene sus particularidades.

Ya desde fines de agosto, pasando por septiembre con la llegada de la primavera y hasta octubre y noviembre comienzan los síntomas alérgicos y  aumentan las consultas por alergias respiratorias. Si bien puede haber pólenes durante todo el año, es la primavera la estación en la que más plantes sueltan pólenes, haciendo que millones de partículas en el ambiente desencadenen síntomas de alergia o "rinitis alérgica estacional”.

Los principales factores desencadenantes son la presencia de pólenes de árboles y gramíneas (diferentes tipos de pasto). La mayoría de la gente suele culpar a los plátanos (árboles) porque las pelusas que produce irritan la vista y la nariz. Pero ellos no siempre son la causa de la alergia en el paciente, los pólenes son dispersados por el viento, y son causas tanto o más importantes de alergia que el polen de plátanos.

Síntomas de la alergia nasal: Estornudos. Secreción nasal. Congestión nasal (el síntoma que más molesta al paciente y afecta su calidad de vida). Prurito nasal. Ojos rojos, prurito ocular, lagrimeo, fotofobia. Trastornos en el sueño y por ende, reducción del rendimiento y falta de concentración.

¿Cómo prevenir los síntomas de alergias en primavera?

  • Mantené cerradas las ventanas y puertas de la vivienda durante el máximo tiempo posible.
  • Renová el aire ventilando la casa 5 ó 10 minutos tras la caída del sol, cuando la polinización es menor.
  • Si vas a viajar en auto, procurá hacerlo con las ventanas cerradas y colocá un filtro para pólenes en el aire acondicionado.
  • Evitá, en lo posible, salidas al campo y parques, jardines o zonas de abundante vegetación. Evitá especialmente el contacto con el césped.
  • Intentá no realizar actividades al aire libre durante las primeras horas del día y últimas horas de la tarde, que es cuando los niveles de polen suelen ser mayores.
  • Utilizá anteojos de sol para proteger los ojos.
  • Para evitar los ácaros del polvo, usá la aspiradora en vez de la escoba para barrer, e intentá prescindir de alfombras y cortinas, que acumulan polvo.


Agorafobia en primavera 

Se refiere a un temor por los espacios descubiertos o abiertos y que puede acabar desencadenando una enfermedad. A las personas que sufren de agorafobia se les suele manifestar mucho durante los meses de primavera, ya que es cuando se comienza a salir más de casa gracias al buen clima, la vida social va en aumento, etc. Durante la primavera, las personas que sufren trastornos psicológicos, como depresión o ansiedad, pueden sufrir variaciones en la sintomatología. Esto es debido a los cambios en la luz, la temperatura y el ambiente, que tienen un efecto en la respuesta hormonal y en el comportamiento, y también por la carga cultural que como sociedad se le otorga a la primavera. 

El sol se convierte en afrodisíaco

La primavera es una gran estación; el clima y la temperatura son más agradables, el sol sale más a menudo y eso nos pone a todos de mejor humor. No por nada está estación es llamada "la estación del amor", y es que varios estudios demuestran que las personas tienden a enamorarse más en primavera

 El clima cálido, las flores y el paisaje que se vuelve más atractivo, nos ponen de mejor humor, con más ganas de salir y disfrutar del aire libre. Pero no solo el paisaje es la causa de que la primavera sea la estación del amor. Científicos han demostrado que la causa del amor que experimentamos durante esta estación se debe a la dopamina. La dopamina es un químico natural que usa nuestro cerebro para hacernos querer determinadas cosas, y si bien hay otros sistemas involucrados en la experiencia del amor, la dopamina es la principal causa.

Con mucha dopamina en nuestro sistema estamos más preparados y es más probable que nos enamoremos profundamente. La dopamina hace que nos sintamos con más energía, motivados y dispuestos a asumir determinados riesgos.

¿Pero qué tiene que ver la dopamina con la primavera? Bueno, hay muchos estímulos que impulsan el cerebro y generan dopamina, y estos estímulos tienen que ver con los colores, nuevos olores e incluso la vestimenta que deja ver más piel.

Todos estos estímulos impulsan al cerebro a generar dopamina, y estos estímulos se dan más sobre la primavera y ocasionan que estemos más susceptibles al amor.

Es por eso que durante esta estación nuestro cerebro se convierte en una fábrica de dopamina y nos volvemos adictos al amor. Agarrarse de la mano, besarse y abrazarse en público son reacciones que las parejas suelen tener en esta estación. 

La primavera es la bisagra que el cuerpo necesita para reactivarse después de un largo período de aletargamiento. Así es que comenzamos a usar menos ropa, sentimos que las tardes grises del invierno quedaron atrás y le damos la bienvenida a los más días largos, producto del incremento del sol… ¡Y he aquí el culpable de todo! Es el sol el que incide positivamente sobre un estado indisimulable y contagioso: el buen humor.

“Si bien no se conoce exactamente el mecanismo por el cual la luz solar cambia el estado afectivo –revela Golombek– se sabe que hay cambios químicos en áreas específicas del cerebro que tienen que ver con esto. Al cambiar el estado afectivo, hay una mayor tendencia a sociabilizar, lo cual suele cerrar un círculo virtuoso que nos pone aún de mejor humor. Es, entonces, una combinación de cambios biológicos y socioculturales”.

En ese sentido, Noelia Weisstaub –neurocientífica, investigadora del CONICET y miembro de la Sociedad Argentina de Investigación en Neurociencias– explica que “los humanos tenemos, como casi todos los animales, un reloj interno que dirige nuestro ritmo de actividad y reposo, que se encuentra en el núcleo supraquiasmático, es cercano a las 24 horas y se sincroniza a través de la luz”. Es decir, el alargamiento de los días es la señal estacional que necesitamos, ese “play” que da comienzo a la serie de reacciones fisiológicas y corporales que nos predisponen a ser más felices.

Para Rosalía Beatriz Álvarez, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, la explicación de esta revolución interior es aún más sencilla: “El ser humano reproduce lo de la naturaleza, ni más ni menos. Mientras que en el invierno el cuerpo está en reposo, en primavera se activa, sentimos mayor deseo de dejar de hibernar, se incrementa el erotismo y el deseo de encontrarnos con el otro”. Si bien Weisstaub aclara que “dentro de los mamíferos, somos de los animales menos sensibles a las estaciones”, esto no quiere decir que no exista ningún cambio: “Está documentado que hay un efecto de las estaciones en cierto porcentaje de la población, sobre todo en lugares en los que los meses de otoño e invierno son muy marcados (lejos del Ecuador)”. En esos lugares donde hay menor tiempo de luz durante el día, este porcentaje de la población sufre lo que se denomina Desorden Emocional Estacional (Seasonal Affective Disorder, SAD en inglés). “Estos pacientes se caracterizan por tener episodios de depresión que se manifiestan en el otoño e invierno y que revierten en primavera y verano”, afirma.

“La primavera es el momento de cambiar de piel, de renacer, de renovarse; es el tiempo justo para que nuestro espacio interior se nutra con el poder energizante del sol, del aire tibio y del amor”, afirma Adriana Guraieb, psicoanalista y miembro titular de APA. Pero, además de que los días soleados nos predisponen a salir más con amigos, algo mágico sucede en esta época: aunque algunas personas no necesariamente estén buscando un “amor”, ese llega solito, sin que uno siquiera haya atinado a llamarlo. ¿Milagro de la naturaleza? No exactamente. Para la psicóloga Álvarez, el factor principal por el cual estas cosas suceden durante los días primaverales tiene que ver con el florecimiento interior: “Si florecemos como lo hace la naturaleza, miramos la vida desde otra posición subjetiva, sentimos amor por ella; nos sentimos más optimistas y esperanzados. Por supuesto que esto es percibido no sólo por nuestro interior, sino por nuestros semejantes, provocando también en esos otros el deseo de acompañarnos en ese trayecto que parece disfrutable”. Sin embargo, no todo gira en torno a un nuevo romance: “El amor no solo es el que puede darse en el nuevo encuentro donde puede armarse una pareja. Muchas veces es recuperar una pareja que languidece, una amistad o un hijo”, aclara.

Entonces, ¿es real que es “la estación del amor”? “No existe ninguna investigación que arroje datos específicos –explica la psicóloga y sexóloga Yanina Cotarelo–, pero sí es cierto que luego de la hibernación hay una mayor predisposición a encontrarse, a abrirse a encontrar el amor. Es el mes en que todo florece y hay millones de poesías que relacionan el amor con la llegada de la primavera. Creo que lo que en verdad se da es una mayor esperanza de vivir el amor en esta estación del año”. Para Álvarez, tampoco se puede afirmar que los amores se multiplican más fácil en esta época, pero sí se puede hablar de una mayor facilidad para el enamoramiento: “Por algo también el 21 de septiembre se festeja el Día de los Estudiantes, es decir de la juventud, de la libertad, del deseo, del futuro, del proyecto. Todos y cada uno de estos son, de alguna manera, símbolos del amor… pero del amor a la vida”. Aunque su colega Guraieb aclara: “Desde tiempos inmemoriales se la considera así, pero el amor es necesario en todas las estaciones del año”.

Según explica Guraieb, el simple hecho de pasear al aire libre nos produce modificaciones físicas, emocionales y hormonales: “Con la primavera se incrementa la producción de hormonas vinculadas al buen estado anímico –como la serotonina– y repercute en el deseo de mayor y mejor calidad de lazo emocional y sexual”. Entonces, digamos que la fórmula sería algo así como más calor, menos ropa, más piernas, hombros y escotes a la vista, más prácticas deportivas… “¡Toda una incitación al incremento del deseo vital!”, sostiene.

Para los especialistas, a partir de la primavera nos sentimos renovados, mejores con nosotros mismos y esto indudablemente se exterioriza. “El simple hecho de disfrutar, de estar bien, predispone a las relaciones, y eso es algo que se comunica en el cuerpo, en las expresiones”, explica la sexóloga. Si bien en el mundo animal este cambio se trasmite a través del olfato, Cotarelo afirma que los seres humanos tenemos este sentido rechazado y lo relacionamos más con el plano instintivo: “Esto está tan presente en los encuentros, que puede seducirnos a acercarnos o rechazarlos de plano”.

Y si de hormonas hablamos, según una investigación llevada a cabo en la Universidades de Edimburgo y Manchester (Reino Unido) y publicada en la revista Current Biology, la primavera también favorece, en muchos casos, la secreción de feromonas, oxitocina, dopamina y noradrenalina, que son las que provocan que estemos más enérgicos, con ganas de hacer más cosas y de salir a relacionarnos. “Este estado de mayor bienestar y predisposición hacia mayores contactos sociales promovidos por el clima produce un aumento en el deseo sexual; así se retroalimenta el circuito de endorfinas, aumentando las ganas y el entusiasmo”, explica la sexóloga. En ese sentido, según un estudio realizado por el portal de citas online ZonaCitas.com, la mayoría de sus usuarios considera a la época primaveral como un buen momento para entablar una relación o propiciar encuentros con otras personas, razón por la cual las visitas a esta web crecen ampliamente a partir del 21 de septiembre.

“Todos estos beneficios, afortunadamente, no excluyen a la gente mayor”, enfatiza la psicóloga Guraieb, aunque aclara: “El amor vuelve a florecer en cada uno de nosotros y nos hace sentir vivos, pero una primavera completa debe incluir la transformación interior”. Por eso, más que nunca, ¡corazones atentos! “Esta es una gran oportunidad para reconectarnos con la naturaleza, con el cuerpo, y con las personas que nos rodean”, afirma la sexóloga Cotarelo, algo con lo que coincide Guraieb: “El colorido de las flores, la renovación de la naturaleza, la extensión y tibieza de los días, acompañan de maravillas a buscar el amor y, si ya lo hemos encontrado, estimula a seguir disfrutándolo”.

En resumen, con el aumento de como dijimos al principio, la secreción de hormonas ligadas a la atracción sexual como las feromonas (perfumes del cuerpo que hacen posible las relaciones interpersonales), oxitocina (hormona del amor), dopamina y noradrenalina tiene impacto en las parejas el aumento del deseo sexual, aumenta la fertilidad y líbido: la llamada también “fiebre en las primavera” o decimos la primavera como la estación del amor.También se produce en mayor cantidad la luteinizante, la hormona responsable de hacer a hombres y mujeres más atractivos. Esta sustancia permite a las mujeres tener una mejor ovulación y mantener una temperatura alta en el cuerpo.

y, en su parte negativa, en diferentes personalidades se pueden poner en evidencia celos e infidelidades. Pero es una apertura primaveral a la comunicación,el amor y la sexualidad.

En el ámbito de la pareja, la parte positiva es que tiende a aumentar el deseo sexual y las relaciones sexuales. Además, ese aumento de vitalidad y de ganas de vivir la vida puede hacer que las parejas que no están del todo acopladas tengan discrepancias, se resientan y lleguen algunos problemas de pareja.

Algunas recomendaciones positivas para contrarrestar el posible desequilibrio emocional:

  1. Incrementa el consumo de frutas y hortalizas como fuente de energía.

  2. Practica actividad física moderada con regularidad.

  3.  Apuesta por una rutina diaria estable de sueño y alimentación. Y si tienes que insertar cambios hazlo de manera paulatina.

  4. Organiza actividades al aire libre que te conecten con la naturaleza.

  5.  Fomenta los encuentros sociales con tus familiares y amistades.

  6.  Haz una lista de cosas que te gustaría hacer para aprovechar la primavera.

Fuentes:

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